April 24, 2024 | Coloquio, Freedom of Expression, International, ISOJ2024
Exilio, prisión y muerte: las dificultades de periodistas en Nicaragua son tema de panel en el Coloquio Iberoamericano
Read this article in English below
Exilio, riesgo de prisión, amenazas a familiares, violaciones de derechos humanos, problemas financieros: la situación que viven los periodistas nicaragüenses es una de las peores de la región y estuvo en el centro del debate, junto a ejemplos de resistencia y perseverancia ante de la adversidad, en el panel “Periodismo en Nicaragua”, durante el 17º Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital que tuvo lugar el 14 de abril de 2014 en la Universidad de Texas en Austin.
El panel, moderado por la directora asociada del Centro Knight, Summer Harlow, incluyó a una editora del periódico más tradicional de Nicaragua, La Prensa, que acaba de cumplir 98 años, y tres cofundadores de Nicaragua Actual, un sitio con un poco más de cinco años de existencia. Los cuatro se encuentran en el exilio, al igual que más de 240 periodistas nicaragüenses, según un informe de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua.
La primera en intervenir en el panel del Coloquio fue la periodista representante de La Prensa, Arlen Pérez. Abordó las dificultades de la vida en otro país, el miedo por los familiares que permanecen en Nicaragua, la posibilidad de que el autoritarismo llegue a otros países latinoamericanos y el futuro incierto del periodismo nicaragüense.
Pérez comentó la reciente edición conmemorativa de La Prensa, publicada en marzo para celebrar el aniversario del diario desde territorio nicaragüense, en el río San Juan, fronterizo con Costa Rica.
“Para nosotros fue un reto el reportar desde el río San Juan, que es territorio nicaragüense. Pero también fue decir ‘no importa, nos han golpeado y aquí seguimos’. Y los golpes son muchos”, dijo.
En 2023, según Pérez, hubo 83 agresiones contra periodistas nicaragüenses, entre acoso, vigilancia oficial y agresiones verbales, y en enero y febrero de este año ya eran 14.
Advirtió a la gente de otros países que tuvieran cuidado con las tendencias autoritarias en sus propios territorios:
“Por ejemplo, cuando en Costa Rica dicen, ‘Ay, nosotros estamos lejos de eso’. Sí, pero ya le están llamando prensa canalla, ya están teniendo un discurso en contra de la libertad de expresión”, afirmó.
Las dificultades de la vida en el exilio, afirmó, van desde problemas financieros hasta cuestiones relacionadas con el derecho a quedarse en el lugar:
“Costa Rica es uno de los países más caros y Nicaragua, por supuesto, es un país más económico. También es difícil el tema de tener a tu familia en otro país, el cuidar a tu familia. Entonces, eso para nosotros ha sido muy difícil. La legislación costarricense ha cambiado. Yo me exilié en 2022 y ha habido demasiados cambios sobre las solicitudes de refugio, de cómo lo puedes pedir, el tema de cómo puedes viajar, o no puedes viajar”, explicó.
Pérez afirmó que, incluso en el exilio, los periodistas continúan autocensurándose, por temor a represalias del régimen de Daniel Ortega y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo.
“Ya nadie quiere hablar porque es que ‘mi mamá está allá, mis hermanos están allá’”, dijo.
Concluyó elogiando a sus colegas panelistas y observando las dificultades del relevo generacional en el periodismo nicaragüense:
“A mí me encanta estar con esta juventud porque los muchachos son una muestra de que se puede hacer periodismo desde el exilio. Ellos nacieron desde el exilio”, dijo. “Pero sí nos preocupa el relevo generacional. No hay un relevo de periodistas, no tenemos nuevos periodistas”.
Clamor de libertad
De los tres cofundadores de Nicaragua Actual, Héctor Rosales fue el primero en hablar. Mencionó cómo el equipo del sitio web, lanzado el primer día de marzo de 2019, tuvo que empezar a producirlo desde el exilio apenas tres meses después de su lanzamiento.
Rosales dijo que recientemente se mudó a Estados Unidos y dijo estar comprometido a seguir informando sobre Nicaragua, a pesar de ser una misión difícil:
“Tengo apenas cuatro meses viviendo ahora en Estados Unidos bajo un programa de reasentamiento que es parecido a un asilo político, y aquí estoy resistiendo. No quiero dejar el periodismo, pero aquí la vida también cuesta, es cara aquí en Estados Unidos”, afirmó. “Pero tengo un compromiso. Hay un compromiso por parte de nosotros de no abandonar esta lucha, y nuestro sueño es regresar nuevamente a Nicaragua a ejercer nuestras libertades”.
Tal como lo harían sus dos socios de Nicaragua Actual, el periodista citó el caso de su colega Víctor Ticay, quien cumplió un año de prisión el pasado 6 de abril.
“Actualmente tenemos a un periodista preso hace un año por el simple hecho de darle una cobertura a una actividad religiosa en Nicaragua, las procesiones. Es precisamente Víctor Ticay”, dijo. “Queremos pedirles una ayuda a todos ustedes que centren también su mirada, sus medios de comunicación, en la situación del periodismo de Nicaragua, pero también que pensemos en Víctor Ticay y en su familia, un año preso simplemente por darle cobertura a una actividad religiosa en nuestro país. Y acá nosotros decimos, ¡libertad para Víctor Ticay!”.
El siguiente orador, Yelsin Espinoza, comenzó precisamente describiendo las condiciones de prisión de Ticay:
“La situación de Víctor Ticay es una situación inhumana, insalubre. A Víctor Ticay se le da alimentación con desperdicios, con partes de cucarachas. A Víctor Ticay lo mantienen en una celda que no tiene salubridad, que no tiene las condiciones para que un ser humano esté encerrado un solo minuto en esa celda. Él no tiene por qué estar encerrado porque él simplemente ejerce o ejercía su trabajo, su profesión, y es por ello que el régimen lo apresó”, relató.
Espinoza agregó que las condiciones de reclusión en el penal llamado La Modelo de Managua hicieron que Ticay desarrollara enfermedades.
“Entre estas enfermedades están enfermedades estomacales, producto del avanzado nivel de bicarbonato que tiene la alimentación que recibe Víctor. Su familia está desesperada porque, cuando logran visitarlo, lo ven cada vez más demacrado, más golpeado. Le están tratando de arrancar su humanidad”, contó. “La salud de Víctor Ticay, su estado moral, físico, se va degradando y nosotros no podemos permitir que esto siga pasando. Pero estamos atados de manos y esa es la realidad en nuestro país”.Además de Ticay, Espinoza habló sobre el caso de Ángel Gahona, asesinado en 2018 mientras cubría protestas antigubernamentales en la costa Caribe nicaragüense.
“Fue asesinado de un disparo en la cabeza, señores. Seis años y hasta hoy la justicia y la verdad en el caso de Ángel Gahona no existen. Y cada vez que tenemos la oportunidad de ocupar un espacio como estos que ustedes nos puedan escuchar, quienes nos ven por televisión, por internet, nos pueden escuchar, nosotros alzamos la voz y visibilizamos el caso de Gahona. Su familia tuvo que callar la demanda de justicia porque es fuertemente amenazada por el régimen Ortega-Murillo. Su papá, lamentablemente, falleció hace ya algunos meses y no logró ver la justicia para su hijo. Esto también nos llega y nos toca el alma”, dijo Espinoza.
El último representante de Nicaragua Actual fue Ulises Mendieta, quien abordó la situación de los periodistas que aún se encuentran en el país, las dificultades financieras y los aprendizajes en estos casi cinco años de exilio.
Los profesionales que se quedan en el país ya no pueden escribir sobre los hechos más importantes y se ven obligados a limitarse a trivialidades, afirmó Mendieta.
“Algo que realizaba Víctor Ticay en Nicaragua ha sido muy limitado, que es reportear en la calle. En Nicaragua, el actual periodismo se ha limitado a documentar asuntos religiosos, deportes y sucesos. Porque hablar de política es la cárcel asegurada”, afirmó. “En Nicaragua ya no existen periódicos, no existen medios independientes”.
El periodista habló de las difíciles condiciones de quienes perseveran en intentar ser independientes desde el exilio:
“Nosotros pasamos dos años sin salario. Lo único que recibíamos era por donaciones de la gente. Era para el internet, y nosotros estábamos empezando con una computadora donada, el internet donado, con un teléfono celular, un iPhone 6, que lo tenemos como para tenerlo en un museo”, dijo. “Nosotros éramos periodistas, no sabíamos nada de monetización web, administración, gestión de proyectos, contabilidad”.
Sin embargo, dijo Mendieta, los periodistas lograron superar este desafío: “Ahora nosotros tenemos que hacer de todo. En parte es bueno porque ahora nosotros sabemos hacer de todo, tenemos nuestro propio medio”.
El periodista concluyó con una reflexión sobre las condiciones actuales del país:
“La gente está normalizando la falta del periodismo independiente en Nicaragua. Existe sólo un medio independiente, pero está limitado a entretenimiento”, aseguró. “Las familias nicaragüenses disfrutan de las piscinas. No hay nada, noticias de opinión, de política. Y la gente está normalizada a eso, tristemente. Pero tenemos que seguir, tenemos que seguir de frente, a pesar de todas las dificultades”.
Exile, prison and death: Challenges for journalists in Nicaragua topic of discussion at Ibero-American Colloquium
Exile, risk of arrest, threats against relatives, human rights violations, financial problems: the situation experienced by Nicaraguan journalists is one of the worst in the region, and was at the center of the debate, alongside examples of resistance and perseverance in the face of adversity, during the panel “Journalism in Nicaragua,” at the 17th Ibero-American Colloquium on Digital Journalism, held at UT Austin on Sunday, April 14, 2024.
The panel, moderated by the associate director of the Knight Center, Summer Harlow, included an editor from the most traditional Nicaraguan newspaper, La Prensa, which has just turned 98 years old, and three co-founders of Nicaragua Actual, a website with just over five years of life. The four are in exile, as are more than 240 Nicaraguan journalists, according to a report from the Independent Journalists and Communicators of Nicaragua.
Nicaraguan journalists Héctor Rosales, Yelsin Espinoza, Ulises Mendieta, and Arlén Pérez (from left to right) speaking at the 17th Ibero-American Colloquium on Digital Journalism; the associate director of the Knight Center, Summer Harlow, is on the right (Photo: Patricia Lim/Knight Center)
The first to speak on the panel at the Colloquium was the journalist representing La Prensa, Arlen Pérez. She addressed the difficulties of life in another country, the fear for relatives who remain in Nicaragua, the possibility of authoritarianism reaching other Latin American countries and the uncertain future of Nicaraguan journalism.
Peréz commented on the recent celebratory edition of La Prensa, published in March from within Nicaraguan territory on the San Juan River, which borders Costa Rica, to commemorate the newspaper’s anniversary.
“For us it was a challenge to report from the San Juan River, which is Nicaraguan territory. But it was also saying ‘it doesn’t matter, they’ve hit us and we’re still here.’ And the blows are many,” she said.
In 2023, according to Pérez, there were 83 attacks against Nicaraguan journalists, including harassment, official surveillance and verbal attacks, and in January and February of this year there were already 14.
She warned people from other countries to watch out for authoritarian tendencies in their own territories:
“For example, when in Costa Rica they say, “Oh, we are far from that.” Yes, but they are already calling it the evil press, they are already using speech against freedom of expression,” she said.
The difficulties of life in exile, she said, range from financial problems to issues linked to the right to stay:
“Costa Rica is one of the most expensive countries and Nicaragua, of course, is a cheaper country. The issue of having your family in another country, taking care of your family, is also difficult. So, that has been very difficult for us. Costa Rican legislation has changed. I went into exile in 2022 and there have been too many changes regarding refugee applications, how you can request it, the issue of how you can travel, or cannot travel,” she said.
Pérez said that, even in exile, journalists continue to censor themselves, for fear of reprisals from the regime of Daniel Ortega and his vice president and wife, Rosario Murillo.
“No one wants to talk anymore because ‘my mother is there, my brothers are there,'” she said.
She concluded by praising her fellow panelists, and observing the difficulties of generational renewal in Nicaraguan journalism:
“I love being with this youth because the boys are an example that journalism can be done from exile. They were born from exile,” she said. “But we are concerned about the generational change. There is no replacement of journalists, we do not have new journalists.”
Calls for freedom
Of the three co-founders of Nicaragua Actual, Héctor Rosales was the first to speak. He mentioned how the website team, launched on the first day of March 2019, had to start producing it from exile just three months after its launch.
Rosales said he recently moved to the United States and said he is committed to continuing to report on Nicaragua, despite it being a difficult mission:
“I have only been living in the United States for four months now under a resettlement program that is similar to political asylum, and here I am resisting. I don’t want to leave journalism, but life is also difficult here, it’s expensive here in the United States,” he said. “But I have a commitment. There is a commitment on our part not to abandon this fight, and our dream is to return to Nicaragua again to exercise our freedoms.”
Just as his two partners from Nicaragua Actual would do, the journalist cited the case of his colleague Victor Ticay, who completed a year in prison on April 6.
“We currently have a journalist imprisoned for a year for the simple fact of covering a religious activity in Nicaragua, the processions. It is precisely Víctor Ticay,” he said. “We want to ask all of you for help to also focus your gaze, your media, on the situation of journalism in Nicaragua, but also to think about Víctor Ticay and his family, a year imprisoned simply for covering a religious activity in our country. And here we say, freedom for Víctor Ticay!”
The next speaker, Yelsin Espinoza, began by describing Ticay’s conditions in prison:
“Víctor Ticay’s situation is an inhuman, unhealthy situation. Víctor Ticay is fed waste, with cockroach parts. Víctor Ticay is kept in a cell that is not sanitary, that does not have the conditions for a human being to be locked up for a single minute in that cell. He does not have to be locked up because he simply carries out or carried out his work, his profession, and that is why the regime arrested him,” he said.
Espinoza added that the conditions of imprisonment in the so-called La Modelo prison in Managua meant that Ticay developed illnesses.
“Among these diseases are stomach diseases, a product of the advanced level of bicarbonate in the diet that Víctor receives. His family is desperate because, when they manage to visit him, they see him increasingly emaciated, more beaten. They are trying to tear away his humanity,” he continued.
“Víctor Ticay’s health, his moral and physical state, is deteriorating and we cannot allow this to continue happening. But our hands are tied and that is the reality in our country,” he said.
In addition to Ticay, Espinoza spoke about the case of Ángel Gahona, killed in 2018 while covering anti-government protests on the Nicaraguan Caribbean coast.
“He was murdered with a shot to the head, gentlemen. Six years and until today, justice and truth in the case of Ángel Gahona do not exist. And every time we have the opportunity to occupy a space like this where you can hear us, those who watch us on television, on the internet, can hear us, we raise our voices and make Gahona’s case visible,” Espinoza said.
The last representative of Nicaragua Actual was Ulises Mendieta, who addressed the situation of journalists still in the country, financial difficulties and lessons learned in these almost five years of exile.
Professionals who remain in the country can no longer write about the most important facts, and are forced to restrict themselves to trivialities, Mendieta said.
“Something that Víctor Ticay did in Nicaragua has been very limited, which is reporting on the street. In Nicaragua, current journalism has been limited to documenting religious issues, sports and events. Because talking about politics is guaranteed prison,” he stated. “In Nicaragua there are no longer newspapers, there are no independent media.”
The journalist spoke of the difficult conditions of those who persevere in trying to be independent from exile:
“We spent two years without a salary. The only thing we received was donations from people. It was for the internet, and we were starting with a donated computer, the donated internet, with a cell phone, an iPhone 6, which we had long enough to have in a museum,” he said. “We were journalists, we didn’t know anything about web monetization, administration, project management, accounting.”
However, Mendieta said, journalists managed to overcome this challenge:
“Now we have to do everything. In part it is good because now we know how to do everything, we have our own media outlet,” he said.
The journalist concluded with a reflection on the country’s current conditions:
“People are normalizing the lack of independent journalism in Nicaragua. There is only one independent media outlet, but it is limited to entertainment,” he said. “Nicaraguan families enjoy swimming pools. There is nothing in terms of opinion news, politics. And people are normalized to that, sadly. But we have to continue, we have to continue forward, despite all the difficulties.”